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sábado, 23 de julio de 2011

Santa Maria Magdalena desde los ojos del escultor

Terminamos este especial que durante esta semana hemos dedicado a la figura de Santa Maria Magdalena
con un amplio reportaje de imágenes donde podrán admirar algunas de las más importantes obras escultoricas dedicadas a esta importante Santa :


Santa Maria Magdalena "La bella alemana". Gregor Erhart. hacia 1510. Madera de tilo policromada.Museo del Louvre

Santa Maria Magdalena penitente.Pedro de Mena. Museo Nacional de Escultura (Valladolid)


Santa Maria Magdalena arrepentida. Antonio Canova. 1809. Escultura en marmol. San Petesburgo

Santa Maria Magdalena en su ascención a la gloria. Escultura
colonbiana. Madera tallada, policromada y estofada.
Colección fundación Mario Uvence (México)

Santa Maria Magdalena Penitente. Donatello. Hacia 1453. Museo dell¨Opera del Duomo. Florencia
Santa Maria Magdalena. Atribuida a la escuela de Igmacio Vergara. s.XVIII. Catedral de Valencia
Santa Maria Magdalena. Gian Lorenzo Bernini. Escultura en mármol. Siena


Santa Maria Magdalena. Antonio Castillo Lastrucci. Talla en madera estofada y policromada. Hdad. de la Hiniesta. Sevilla
Santa Maria Magdalena. Luis Ortega Bru. Talla en madera policromada. Hdad. de Santa Marta. Sevilla

Santa Maria Magdalena. Luis Álvarez Duarte. Madera tallada y policromada. 1998. Hdad de las Aguas. Sevilla


Santa Maria Magdalena. Francisco Buiza. Talla en madera policromada.Hdad. de la Piedad. Cádiz

Santa Maria Magdalena. Juan Bautista Petroni. 1805. Talla en madera policromada. Hdad del Valle (Sevilla)



Santa Maria Magdalena. Talla anonima siglo XVII. Iglesia de las Trinitarias (Madrid)


viernes, 22 de julio de 2011

22 DE JULIO FESTIVIDAD DE SANTA MARÍA MAGDALENA

Hoy la Cristiandad celebra la onomástica de Santa María Magdalena, dedicando este día su recuerdo y celebración. En nuestra localidad contamos con dos sacras representaciones de la Santa:


Santa María Magdalena, que es titular de la Hdad. homónima. Es una obra de posguerra realizada por Manuel Campoo (1940). Es una imagen de candelero preparada para ser vestida, con ropas naturales.
La cabeza de la imagen es un vaciado en escayola y con cuerpo y candelero de madera. En 2005, fué sometida a una labor de restauración, debido al mal estado que presentaban los materiales de los que estaba constituida la obra, por Sebastián Montes Carpio, que le realiza un nuevo cuerpo y candelero en madera de cedro, además de brazos articulados, ya que los que presentaba eran fijos. Además se enriqueció sustancialmente la impronta artística de la Santa con un cambio de policromías.
Durante todo el año, recibe culto en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Villa del Río, en un retablo del ala izquierda del templo, junto a San Juan Evangelista y a Ntro. Señor Resucitado.
 Procesiona sola en su paso, portando en sus manos el vaso del ungüento, En la mañana del Viernes Santo, además de el Domingo de Resurrección.





 


Santa María Magdalena, cotitular de la Hermandad de los Estudiantes. Es una obra contemporánea de Sebastián Montes Carpio (2010). La imagen está tallada en madera de Cedro policromada al óleo, preparada para ser vestida con tejidos naturales. Representa a Santa María Magdalena de rodillas al pie de la cruz, compungida mirando al espectador, mientras que con su mano derecha señala el cuerpo sin vida de Ntro. Señor, la izquierda se posa sobre su pecho en actitud de dolor. Sobre su rostro corren cinco lágrimas. Destacar de la talla la enorme cabellera ensortijada, característica de la representación de esta Santa.  Recibe culto y procesiona a los pies del Santísimo Cristo de los Estudiantes, junto a Ntra. Sra. de los Dolores y San Juan Evangelista en la tarde noche del Viernes Santo, y durante todo el año, en un altar del ala derecha de la Iglesia de la Inmaculada de Villa del Río, formando parte como hemos dicho de esta magnífica representación escultórica.

jueves, 21 de julio de 2011

Santa María Magdalena representada en el arte. (I)

Se la representa con ropa elegante, o desnuda y cubierta sólo por sus largos cabellos, según si se quiere destacar su vida disoluta o la de penitente. Su atributo es un ungüento, al que se le añaden los atributos del eremita.

La Magdalena, Jan Van Scorel, 1528, Amsterdam, Rijksmuseum.
La imagen de María Magdalena sigue la tradición de la interpretación de Gregorio Magno, según la cual se identifican en ella las dos figuras de Magdalena: la que ungió los pies de Jesús en la casa de Simón el fariseo y la hermana de Lázaro y Marta de Betania. María Magdalena estaría por tanto presente en los evangelis en distintos episodios. Conocida pecadora, se presentó ante Jesús alojado en casa de Simón, para pedirle el perdón de sus pecados, le bañó sus pies con sus lágrimas, los secó con sus cabellos, y los perfumó con un ungüento. Este episodio, relacionado con el de Betania, cuando abrió un vaso de ungüento para honrar a Jesús cubriéndole con él, los pies y la cabeza, es una prefiguración y un anuncio de la muerte de Cristo. María de Magdala es, además, una de las tres mujeres que la mañana después del sábado se acercó al sepulcro para ungir el cuerpo de Cristo, y fué ella quién vió al resucitado antes que los apóstoles.
La iconografía de María Magdalena en la época, se centró en la figura de la perfumadora, mientras que después de la Contrareforma prevaleció la penitente.

Iconografía en la pintura:

Gloria de Santa María Magdalena, Domenico Zampieri, El Domenichinom hacia 1620, San Petersburgo, Hermitage 
En este cuadro, que representa la Leyenda Dorada, cuando María Magdalena vivía como eremita, era llevada cada día al cielo por los ángeles y además se incorpora la siguiente iconografía:
Los dos ángeles mayores portan un flagelo y  un hábito de eremita. El flagelo forma parte de los atributos del  penitente; también lo es de la Magdalena arrepentida. El hábito de eremita nos indica cómo vivió María Magdalena los últimos días de su vida. Además también porta el principal atributo de la Santa; el vaso con el ungüento que utilizó para perfumar los pies de Jesucristo.
El blanco y oro del hábito probablemente hacen referencia a los colores litúrgicos de la fiesta de la santa.



Conversión de la Magdalena, Guido Cagnacci, hacia 1660.1661, Pasadena, Norton Simon Museum.
Este cuadro representa de forma alegórica la conversión de la Magdalena. En él un ángel, representado de forma clásica y más eros, que mensajero divino, expulsa al demonio, personificación del pecado al que la Magdalena renuncia con la conversión.
En el suelo la Magdalena desnuda índica el deseo de despojarse de todo lo que formaba parte de su vida anterior. Las joyas abandonadas es señal de desprecio hacia la riqueza, y los vestidos ricos y seductores de los que se ha despojado, deseo de llevar una nueva vida.


Magdalena en la casa de Simón.
En este cuadro se representa la Cena en la que Simón el fariseo invitó a Jesús a su casa, y la Magdalena irrumpió durante el almuerzo, para bañar con lágrimas de arrepentimiento los pies de Cristo, secarlos con sus largos cabellos y posteriormente perfumarlos con ungüento. Simón muestra su descontento porque no entiende porqué Cristo aceptaba la presencia de una pecadora, mientras que Cristo le hace un gesto invitando a Simón a comprender y aceptar el sincero arrepentimiento de la mujer.

Magdalena Penitente o magdalena de las dos llamas, Georges de la Tour, 1538-1643, Nueva York, Metropolitan
En esta magnífica pintura se representa a la Santa con los cabellos sueltos, haciendo referencia al episodio en el que bañó de lágrimas los piés de Jesús y los secó con ellos; frente a un espejo, símbolo de la vanitas, motivo de meditación sobre la vanidad de las cosas terrenas, según el libro biblíco del Qohelet. En este espejo se refleja la llama de una vela que se consume, motivo de meditación sobre la brevedad de la vida.
Las joyas abandonadas con desprecio son un recuerdo de su vida anterior.
Sobre sus piernas porta una calavera, atributo del eremita y fuente de meditación sobre la muerte.


Magdalena, Caravaggio, hacia 1596-1597, Roma, Galeria Doria Pamphili.
En esta otra magnífica obra de Caravaggio, se representa a la santa en actitud de arrepentimiento y afligida, y nuevamente con el cabello suelto, las joyas abandonadas y el vaso del ungüento junto a ella.


La Crucifixión, Masaccio, Políptico de Pisa, hacia 1426, Nápoles, Capodimonte
En esta obra que representa la crucifixión de Ntro. Señor Jesucristo, Santa María Magdalena, aparece arrodillada  bajo la cruz, con los brazos alzados, símbolo del dolor que le produjo presenciar la muerte del Señor.
Su hábito rojo expresa simbólicamente la frágil humanidad que la condujo a pecar, a arrepentirse y a merecer el perdón.
Sobre la cruz de Cristo muerto, nace un árbol símbolo de la vida nueva que se origina tras su muerte por las redención de los hombres.


Aparición de Cristo a la Magdalena, Laurent de la Hyre, 1656, Grenoble, Musée de Grenoble
En esta obra, se representa a María Magdalena arrodillada ante Jesucristo resucitado, cuenta que esta estaba llorando la desaparición del cuerpo de Cristo, cuando oyó que la llamaban por su nombre, entonces le reconoció. Jesús impidió a la Magdalena que le tocara: antes debía de subir ante el Padre. La imagen de los dedos sobre la frente procede del hayazgo de la supesuta reliquia de piel de la frente de la Santa.
En un segundo plano un ángel sentado sobre el sepulcro vacíoes el que anunció a las mujeres la resurrección de Jesús.


Magdalena Penitente, Tizziano, 1523, Florencia, Palacio Pitti.
En esta representación de la Santa Penitente, nuevamente encontramos los cabellos sueltos y el vaso del ungüento.


Magdalena, Lucas Cranach el Viejo, 1525, Colonia, Wallraf-Richartz-Museum
En esta otra representación, nuevamente se muestra con cabellos largos y el vaso de ungüento entre sus manos, en el cielo se muestra el detalle de la Leyenda Dorada, en la que la Magdalena era ascendida a los cielos por ángeles.

martes, 19 de julio de 2011

Santa María Magdalena

María Magdalena fué así llamada ya sea por Magdala, cerca de Tiberías, en la costa oeste de Galilea, o posiblemente por una expresión Talmúdica que significa “cabello crespo de mujer”, aunque el Talmud la describe como una adúltera.

En el Nuevo Testamento, ella es mencionada entre las mujeres que acompañaron y siguieron a Cristo (Lucas 8, 2-3) donde también se dice que habían sido echados fuera de ella siete demonios (Marcos 16, 9). Ella es la segunda persona nombrada a los pies de la cruz (Mc 15,40; Mt 27,56; Jn 19,25; Lc 23,49.) Ella vio a Cristo yaciendo en su tumba y fue la primera testigo reconocida de la Resurrección.

Como un todo, los Padres Griegos distinguieron tres personas: la “pecadora” de Lucas 7,36-50; la hermana de Marta y Lázaro, Lc 10,38-42 y Jn 11; y a María Magdalena.

Por otro lado, la mayoría de los Latinos sostuvieron que estas tres personas fueron una y la misma. Los críticos Protestantes, sin embargo, creen que eran dos, y tal vez tres personas distintas. Es imposible demostrar la identidad de las tres; pero aquellos comentaristas sin lugar a dudas fueron demasiado lejos al aseverar, como lo hizo Wescott (en Jn 11,1) “que la identidad de María con María Magdalena es una mera conjetura sin apoyo en evidencia directa alguna y opuesta al tenor general de los Evangelios”. Es la identificación de María de Betania con la “pecadora” de Lucas 7,37 la cual es la mas combatida por los Protestantes. Pareciera como su esta renuencia a identificar a “la pecadora” con la hermana de Marta se deba a una falla por entender el significado total del perdón del pecado. Las tendencias con intención de armonizar entre tantos críticos modernos, también, son responsables por mucha de la confusión existente.

El primer hecho, mencionado en el Evangelio en relación al tema bajo discusión es la unción de los pies de Cristo, por una mujer, una “pecadora” en la ciudad (Lucas 7, 37-50). Esto pertenece al ministerio Galileo, precede al milagro de la alimentación de los cinco mil y la tercera Pascua. Inmediatamente después, San Lucas describe un circuito misionero en la Galilea y nos cuenta de una mujer que siguió a Cristo entre ellos siendo “María la llamada Magdalena, de quien fueron exorcizados siete demonios” (Lucas 8, 2); pero no nos dice que es con ella con quien se identifica “la pecadora” del capítulo anterior. En 10.38-42, nos cuenta de la visita de Cristo a Marta y María “en cierto pueblo”; es imposible identificar el pueblo, pero queda claro en ix, 53 que Cristo había definitivamente dejado Galilea y es bastante posible que este “pueblo” fuera Betania. Esto parece confirmado por la parábola precedente del buen samaritano, la cual casi con certeza fue dicha en el camino entre Jericó y Jerusalén. Pero aquí nuevamente notamos que nada sugiere una identificación de las tres personas (La “pecadora”, María Magdalena y María de Betania) y si solo tenemos a San Lucas para que nos guíe, ciertamente no tenemos fundamentos para identificarlas. San Juan, sin embargo, claramente identifica María de Betania con la mujer que ungió los pies de Cristo (12; cf. Mt 26 y Mc 14). Es notable que ya en el 11,.2, San Juan haya hablado de María como “aquella que ungió los pies del Señor” he aleipsasa; Comúnmente se dice que él se refería a la consecuente unción descrita por él mismo en 12:3-8; aunque puede ser cuestionado si hubiese usado la palabra he aleipsasa si hubiese sido otra mujer, y no la “pecadora” de la ciudad. Es concebible que San Juan, sólo porque escribió mucho tiempo después de los eventos y en un tiempo cuando María estaba muerta, que desee apuntarnos que ella era realmente la misma conocida como la “pecadora”. Del mismo modo, San Lucas pudo haber revelado su identidad precisamente porque no deseaba difamar a alguien aún vivo; ciertamente ocurre algo similar en el caso de San Mateo, ( 5:7) quien oculta su identidad con Leví, el publicano.


Santa Mª Magdalena, Tiziano.
Si el argumento anterior se mantiene correcto, María de Betania y la “pecadora” son una y la misma persona con María Magdalena. Con San Juan aprendimos el nombre de la “mujer” que ungió los pies de Cristo previo a la última Cena. Podemos notar aquí que parece innecesario mantener esto porque San Mateo y San marcos dijeron “dos días antes de la Pascua” mientras que San Juan dice “seis días”, hay por lo tanto, dos distintas unciones una tras la otra. San Juan no necesariamente quiere decir que la Cena y la unción tuvieron lugar seis días antes, sino que Cristo llegó a Betania seis días antes de la Pascua. Entonces, en aquella Cena, María recibió el glorioso encomio “ella ha realizado una buena obra en Mi...al ungir Mi cuerpo para mi entierro...donde sea que este Evangelio sea predicado...que también lo que ella ha hecho por mi sea relatado en memoria de ella”. Considerando todo esto, ¿es creíble que esta María no tuviera lugar a los pies de la Cruz, como tampoco en la tumba de Cristo? Sin embargo, es María Magdalena quien, de acuerdo a todos los Evangelistas, estuvo a los pies de la cruz y asistió en el funeral y fue la primera testigo registrada de la Resurrección. Y mientras San Juan la llama “María Magdalena” en 19:25; 20:1 y en 20:18, la llama simplemente “María” en 20:11 y 20:16.

Bajo de visión de lo que hemos defendido, la serie de eventos constituyen un todo consistente; la “pecadora” aparece temprano en el ministerio buscando el perdón; ella es descrita inmediatamente después como María Magdalena “mujer de la cual salieron siete demonios”; poco después, la encontramos “ sentada a los pies del Señor y escuchando Sus palabras”. Para la mente Católica todo parece natural y apropiado. En un período posterior María y Marta se vuelven a Cristo, el Hijo del Dios Viviente” y El les devuelve a su hermano Lázaro; poco tiempo después, lo invitan a cenar y María nuevamente repite el acto que había realizado como penitente. En la Pasión, ella está a su lado; ella lo ve yaciendo en la tumba; y es la primera testigo de Su Resurrección – a excepción de siempre Su Madre a quien Él debió necesitar que apareciera primero, aunque el Nuevo Testamento es silencioso en este punto. En nuestra visión, entonces, hubieron dos unciones a los pies de Cristo – seguramente no hubo dificultad cuando San Mateo y San Marcos hablaron de su cabeza- el primero (Lucas 7) ocurrió en una fecha comparativamente temprana; la segunda, dos días antes de la última Pascua. Pero era una y la misma mujer que realizó este pío acto en cada ocasión.


La Magdalena Penitente, El Greco.
Historia subsecuente de Santa María Magdalena:

La Iglesia Griega sostiene que la santa se retiró a Éfeso con la Santísima Virgen y allí murió, que sus reliquias fueron transferidas a Constantinopla en el año 886 y son preservadas allí- Gregorio de Tours (De miraculis, I, xxx) ap*** la idea que ella se fue a Éfeso. Sin embargo, de acuerdo a la tradición francesa (ver SAN LAZARO DE BETANIA), María, Lázaro y algunos acompañantes se fueron a Marsella convirtiendo a toda la Provenza. Se dice que Magdalena se retiró a un cerro, La Sainte-Baume, muy cerca donde se entregó a una vida de penitencia por treinta años. Al llegar el momento de su muerte fue llevada por ángeles a Aix al oratorio de San Máximo donde recibió el viático; Entonces, su cuerpo yace en un oratorio construido por San Máximo en Villa Lata, luego llamada San Máximo. La Historia se mantiene silenciosa respecto a esas reliquias, hasta el año 745, cuando, de acuerdo al cronista Sigebert, fueron cambiada a Vézelay por temor a los Saracenos. No hay registro de su regreso, pero en el año 1279, cuando Carlos II, Rey de Nápoles levantó el convento en La Sainte-Baume para los Dominicos, se encontró el sepulcro intacto, con una inscripción que declaraba porqué había sido escondido. En el año 1600 las reliquias fueron colocadas en un sarcófago enviado por Clemente VIII, con la cabeza colocada en una vasija separada. En el año 1814, la Iglesia de La Sainte-Baume, derrumbada durante la Revolución, fue restaurada y en 1802 la gruta fue nuevamente consagrada. La cabeza de la santa ahora yace allí, donde ha estado por tanto tiempo y donde ha sido centro de muchos peregrinajes.

lunes, 18 de julio de 2011


Desde hoy y hasta el proximo dia 22 de julio, festividad de Santa Maria Magdalena, Villa del Río Cofrade dedicará un amplio e interesate especial acerca de esta distinguida discípula de Jesús de Nazaret.
Trataremos su vida, ademas de un recorrido por la historia del arte, dónde mostraremos una selección de importantes obras tanto pictóricas como escultóricas acerca de esta mujer que tuvo el honor de ser la encargada de comunicar la noticia de la resurrección de Jesús.
Terminando con un especial sobre la hermandad villarrense de Santa María Magdalena, además de la nueva incorporación de esta Santa en el pasaje evangélico que representa la hermandad de los Estudiantes.