martes, 19 de julio de 2011

19 de Julio Festividad de Santa Justa y Santa Rufina


Justa y Rufina fueron hermanas carnales, nacidas en Sevilla, Justa en 268 y Rufina en 270, de familia muy modesta con firmes convicciones cristianas, se dedicaban al oficio de alfareras. En la época que vivieron dominaba el Imperio romano gran parte del mundo por ellos conocido. En estos tiempos paganos, las hermanas dedicaban su tiempo a ayudar al prójimo y al conocimiento del Evangelio.
Era costumbre celebrar una vez al año una fiesta pagana en honor a Venus en la que se rememoraba el fallecimiento del admirado Adonis. Se recorrían las calles de la ciudad pidiendo limosnas para la fiesta. En cierta ocasión, los paganos llegaron a casa de Justa y Rufina solicitando el dinero correspondiente, pero las hermanas se negaron a pagarlo por ser el fin de éste contrario a su fe, y no sólo esto sino que decidieron hacer añicos la figura de la diosa entre ambas, provocando de esta manera el enfado general de las devotas que se lanzaron hacia ellas.
S. Justa y S. Rufina, obra de Miguel Esquivel
El prefecto de Sevilla, Diogeniano, mandó encarcelarlas, animándolas a abandonar sus creencias cristianas si no querían ser víctimas del martirio. Las santas se negaron a pesar de las amenazas. Sufrieron el tormento del potro para a continuación ser torturadas con garfios de hierro. Diogeniano esperaba que el trato que se le daba sería suficiente para que renunciaran a su fe, ellas aguantaron todo. Viendo que no surtió efecto el castigo las encerró en una tenebrosa cárcel donde sufrirían las penalidades del hambre y la sed.
Estoicamente sobrevivieron a su condena, por lo que fueron castigadas de nuevo, esta vez debían caminar descalzas hasta llegar a Sierra Morena. Tuvieron la suficiente fuerza para conseguir el objetivo. Viendo que nada las vencía mandó encarcelarlas hasta morir, la primera en fallecer fue Santa Justa, su cuerpo lo tiraron a un pozo, recuperado poco tiempo después por el obispo Sabino.
Una vez que hubo acabado con la vida de Justa, Diogeniano creyó que Rufina sucumbiría a sus deseos con más facilidad, pero no lo consiguió, y decidió acabar con su vida de la forma más lúgubre en aquellos tiempos, la llevó al anfiteatro y la dejó a expensas de un león para que la destrozase. La bestia se acercó y lo más que hizo fue mover la cola y lamer sus vestiduras como haría un animal de compañía. El Prefecto no aguantó más, la mandó degollar y quemar su cuerpo. Nuevamente tras este hecho el obispo Sabino recogió los restos y la enterró junto a su hermana en el año 287.


Tabla de Santa Justa y Rufina realizada por Hernando de Esturmio en 1555 para la Capilla de los Evangelistas de la Catedral de Sevilla.


Por tan cristiana acción, fueron canonizadas. Se les nombró Copatronas menores de Sevilla (siendo la Patrona principal la Virgen de los Reyes), y Patronas de los gremios de alfareros y cacharreros. También son veneradas como patronas de otras localidades, por ejemplo Orihuela, donde la leyenda cuenta que las santas se aparecieron en forma de dos luceros sobre la sierra de Orihuela tra la conquista cristiana sobre los musulmanes.También son patronas de Payo de Ojeda en Palencia, de la ciudad conquense de Huete y de Maluenda, en la provincia de Zaragoza.




Santa Justa y Rufina, Barolomé Esteban Murillo. 1665-1666


Concilio de Elvira


La negativa de las futuras santas a entergar vasijas a los paganos que seguian la procesión de la diosa semítica Sambó produjo un altercado en el que las cristianas derribaron y rompieron el ídolo, a la manera del gesto provocador de San Polieucto. Algunos años más tarde los padres del Concilio de Granada, en su canon 60 expresaron los siguiente:
"...Si alguien destruye un ídolo y lo condenan a muerte, dado que se trata de algo que no está indicado en el Evangelio y no nos parece que se actuara así en tiempos de los Apóstoles, hemos decidido que estos cristianos no sean recibidos en el número de los mártires..."
Pero en realidad hubo una difusión oficial de su culto en la Bética durante la época visigoda, tuvieron en Sevilla su basílica martirial e Isidoro de Sevilla compuso un himno en su honor. Ambas seguían siendo festejadas en Córdoba en el siglo IX. Cuando en el califato Omeya de Al-Andalus, durante los reinados de Abderramán II y Mohamed I se produjeron persecuciones de los cristianos mozárabes, estos tuvieron que refugiarse en Toledo donde fundaron una parroquia bajo la advocación de ambas santas.




Santa Rufina. Bartolomé Esteban Murillo 1665
Santa Rufina. Diego Velázquez.
S. Rufina. Zurbarán


Veneración en Sevilla:


Las santas Justa y Rufina son especialmente veneradas en Sevilla. La tradición las señala como protectoras de la Giralda y la Catedral, considerando que por su intercesión no cayeron tras los terremotos de 1504, 1655 y el terremoto de Lisboa de 1755. De esta manera, suelen estar representadas junto la Giralda, portando palmas como símbolo del martirio y con diferentes objetos de barro en alusión a su profesión de alfareras. En la propia Catedral, el altar más cercano a la Giralda está dedicado a las Santas y en él figuran sus esculturas, que proceden de la Iglesia del Salvador (Sevilla) y fueron realizadas por Pedro Duque y Cornejo en 1728. Estas imagenes procesionan en el primer paso de la procesión del Corpus. En el barrio de Triana se fundó una Hermandad que las tenía como titulares, que posteriormente se fusionó con la Hdad. de la Estrella. Igualmente en este barrio se le rinde culto en un altar de la iglesia de Santa Ana,
Su festividad se celebra en Sevilla el 17 de julio en otros lugares de España el 19 de julio.






Retablo de Santa Justa y Santa Rufina. Iglesia del Salvador



S. Justa y S. Rufina. Maestro de Moguer. 1540. Iglesia de Santa Ana
Cuadro de Santa Justa y Rufina, en la sacristía de los cálices
de la catedral de Sevilla.
 Pintado por Francisco de Goya en 1817


Santa Justa y Santa Rufina. Iglesia de Santa Ana, Triana. Obras atribuidas a Gabriel de Astorga.






Santa Justa y Santa Rufina de la Catedral de Sevilla de Pedro Duque Cornejo

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