3-6-2011 Francisco Mellado. DIARIO CÓRDOBA
La hermandad del Rocío de Córdoba se puso ayer en camino ante una multitud de fieles que siguió el paso del Simpecado por las calles de la ciudad.
A las cinco de la tarde, los peregrinos cordobeses se dieron cita en la Catedral para celebrar la tradicional misa de romeros. La celebración eucarística estuvo presidida por el obispo de la diócesis, viviéndose uno de los momentos más intensos al final de la eucaristía, cuando los cientos de fieles que llenaban el templo entonaron la Salve en honor de la Blanca Paloma.
Mientras, en la calle, el ambiente era de fiesta. Pese al calor en la Puerta del Perdón, numeroso público esperaba con impaciencia la salida de la hermandad. Un momento que se produjo pasadas las seis y media de la tarde, cuando a los sones de la marcha real, interpretada por la banda del Cristo del Amor, que por primera vez acompañaba a la hermandad, el Simpecado blanco y oro de Córdoba quedaba enmarcado en la Puerta de las Palmas.
Al llegar a la Puerta del Perdón, una intensa petalada cayó desde la torre de la Catedral, mientras, en el aire, el repiqueteo de campanas anunciaba a la ciudad que el Simpecado de Córdoba estaba ya en la carreta dispuesto a iniciar un nuevo camino. Una carreta, por cierto, que destacó por su elegante exorno floral, donde predominaba la rosa color fucsia.
Así daba comienzo la gloriosa procesión del Simpecado por las calles de la ciudad, viviéndose intensos momentos como la llegada a la parroquia de la Trinidad, donde le esperaban las hermandades radicadas en este templo, o la parada en el convento de las Capuchinas, donde las religiosas entonaron la Salve a la Virgen. Entre vivas a la Virgen del Rocío, la hermandad llegó hasta San Pablo, donde momentos antes de pararse en el Ayuntamiento se detuvo ante el altar instalado por la hermandad de la Expiración. Una vez frente al Consistorio, fue recibida por la Corporación municipal, donde Andrés Ocaña y José Antonio Nieto hicieron una ofrenda floral.
De ahí partió al otro lado del río, donde se unió a la caravana blanca y amarilla con la que Córdoba llega hasta las plantas de la Reina de las Marismas.
Texto de Francisco Mellado para Diario Córdoba 3-6-2011
Fotografías de Ángel Luis González Martínez para http://www.plegariadecordoba.wordpress.com/
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