viernes, 1 de julio de 2011

El origen de la advocación Carmelita

El Monte Carmelo, es una cordillera de Israel que se asienta sobre el Mar Mediterráneo, y que tiene una altura máxima de 550 metros, siempre ha sido siempre un lugar sagrado en Israel, la hermosura de este lugar ensalza la Biblia.




Una tradición piadosa sostiene que, desde los días de los profetas Elías y Eliseo, hubo en aquella zona hombres de oración que vivían en soledad la búsqueda de Dios. En el período de los Cruzados surgió entre los cristianos el deseo de vivir sobre aquella montaña la vida de entrega al  Señor. Así surgió en el Carmelo la vida carmelita, fundaron un templo en honor a la Virgen y la congregación de los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo.
El Monte Carmelo, que domina la llanura de Galilea, no cae lejos de Nazaret, en donde vivió María. De ahí que la Orden del Carmelo haya querido desde sus orígenes ponerse bajo el patrocinio de la Madre de Dios.
Pero en el siglo XI llegaron los Mahometanos y destruyeron todo a sangre y fuego. Muchos monjes murieron pero algunos lograron huir y embarcarse para llegar hasta Italia.
Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre se conocía también a la Virgen debido a que el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar. El convento del Monte Carmelo tiene un nombre evocador: "Stella Maris" (Estrella del Mar). (Es un hermoso edificio cuadrangular a 500 metros de altura sobre el nivel del Mar Mediterráneo en la ciudad de Haifa).
Los marineros antaño confiaban su rumbo a las estrellas. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.


En Italia empezaron a propagar la devoción a la Stma. Virgen y las gentes los seguían llamando Los Carmelitas. Ahora los Padres Carmelitas y las hermanas Carmelitas siguen propagando en todas partes la devoción a Nuestra Señora. Entre los monjes llegados del Monte Carmelo hubo uno que se hizo célebre por su santidad, por su amor a la Virgen y sobre todo por una aparición que recibió. Fue San Simón Stock, superior general de la Orden. Dice la tradición que un 16 de julio de 1251 la Stma. Virgen se le apareció
y le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. La Virgen también prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo, creencia que ha sido respaldada por los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho escapulario, también está muy ligada su iconografía con las benditas almas del purgatorio.

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